Al buscar una definiciĂłn de hace cuarenta años sobre esta posiciĂłn en el football, habĂa una respuesta muy bĂĄsica: un Tight End es otro tackle ofensivo con buenas manos para recibir el balĂłn, que se alinea en un extremo de la lĂnea, junto a un tackle ofensivo, ayuda a bloquear y, eventualmente, sale a pase para recibir el balĂłn.
Hasta antes de la dĂ©cada de los noventa, el football americano tenĂa tres opciones principales en el juego aĂ©reo, sin contar a los running backs como opciĂłn de pase: estos eran un par de receptores y el Tight End o "ala cerrada" como seguramente lo habrĂĄn escuchado tambiĂ©n. Sin embargo, con el enfoque de las ofensivas en el juego terrestre, este jugador ayudaba mucho mĂĄs a bloquear para avanzar el balĂłn por esta vĂa.
Lo anterior no significa que no hayan existido jugadores relevantes en esta posiciĂłn en el juego aĂ©reo, porque realmente hubo muchos. No obstante, fĂsicamente eran mĂĄs parecidos a un tackle ofensivo: corpulentos y muy fuertes, salvo contadas excepciones, superando 1.90 metros de estatura y mĂĄs allĂĄ de los 105 kilogramos.
AsĂ fue hasta que un jugador de nuestros Denver Broncos transformĂł la concepciĂłn de la posiciĂłn a partir de la temporada 1990.
De 'flanker' a leyenda: los inicios de Shannon Sharpe
Antes de convertirse en uno de los mejores alas cerradas en la NFL, Sharpe debiĂł que crear su propio camino en la Universidad de Savannah State, y no lo hizo precisamente jugando en la posiciĂłn que le dio la fama. MĂĄs bien, jugaba en su universidad como 'flanker', otro tĂ©rmino en desuso que se refiere al receptor que se alineaba detrĂĄs de la lĂnea para ser elegible de pase.
De aquel modo, Shannon Sharpe buscaba seguir los pasos de su Ădolo y hermano mayor, Sterling, quien se desempeñaba como receptor en la Universidad de South Carolina e implantĂł algunos rĂ©cords ahĂ. En 1988 Sterling llegarĂa a la NFL para ponerse inmediatamente en boca de todos como un buen receptor.
Y eso era justo lo que buscaba Shannon al seguir los pasos de su hermano, aunque el camino serĂa un tanto mĂĄs complicado, pues South Carolina es una universidad mucho mĂĄs notoria para los buscatalentos de la NFL que Savannah State.
De cualquier modo, Shannon forjó su propio camino volviéndose muy relevante a nivel colegial. Fue parte del primer equipo All-SIAC (Conferencia Atlética Intercolegial del Sur por sus siglas en inglés) de 1987 a 1989, Co-Jugador del Año de la misma conferencia en 1989 y Jugador del Año en Georgia, entre otras distinciones. Ademås, fue el primer jugador de Savannah State que participó en el Clåsico Blue-Gray y en el juego East-West en 1990.
El jersey nĂșmero 2 que utilizaba en la universidad fue retirado en 2009, pero todos sabemos que, pese a esos logros, el paso a la NFL nunca es automĂĄticamente sencillo.
La lucha por un sitio en la NFL
El primer gran reto de Shannon Sharpe fue que un equipo de la NFL lo reclutara en el Draft de 1990. En la actualidad vemos cada vez mås ejemplos de jugadores que consiguen impacto inmediato sin haber sido seleccionados en el Draft, pero a inicios de aquella década no era el caso.
No obstante, lo consiguiĂł. Los Denver Broncos tomaron a Shannon Sharpe con la selecciĂłn 192 global en la sĂ©ptima ronda. Recordemos que en ese momento el Draft tenĂa 12 rondas, pero como es el caso actualmente, entre mĂĄs tarde llega la selecciĂłn, las oportunidades de permanecer en el equipo se van diluyendo.
Por ello, en esta liga, solo cuando alguien es tenaz y tiene clara su meta, solo queda seguir trabajando duro por los objetivos trazados, y esto lo sabĂa Sharpe al enfrentar su primer gran reto en su carrera profesional.
FĂsicamente no lucĂa como un receptor convencional, y tampoco era de los mĂĄs rĂĄpidos como para separarse de la velocidad de los esquineros. AdemĂĄs, en ese momento los Broncos todavĂa contaban con los Tres Amigos en Vance Johnson, Ricky Nattiel y Mark Jackson.
En otras palabras, la competencia como receptor no le beneficiaba para conseguir un lugar en el equipo, por lo que tomĂł una decisiĂłn que definirĂa al Shannon Sharpe que ahora todos conocemos: cambiar de posiciĂłn para jugar como ala cerrada.
El alba de un nuevo Tight End
Dada su formaciĂłn como receptor en su etapa colegial, conocĂa bien la forma correcta de correr rutas, lo cual, aunado a su velocidad y fortaleza, servirĂa para crear separaciĂłn ante muchos linebackers y safeties. Esto fue clave para comenzar a hacerse de un nombre en el equipo y luego en la liga.
ComenzĂł utilizando el nĂșmero 81 en el jersey hasta que en 1992, con la salida de Nattiel, cambiĂł al legendario nĂșmero 84 que hizo famoso. En ese año, tras dos temporadas de ser paciente y esperar su momento en el depth chart detrĂĄs de Clarence Kay, ala cerrada titular, comienza a recibir mĂĄs pases de John Elway, sumando 53 recepciones y 640 yardas y terminando como lĂder del equipo. En dicho año consiguiĂł su primer llamado de ocho en total al Pro Bowl.
En 1993 se quedĂł a cinco yardas de las 1 000 por recepciĂłn, pero consiguiendo nueve anotaciones que le ayudarĂan a integrar el primer equipo All-Pro, nombramiento que ganarĂa otras tres ocasiones en su carrera.
Los siguientes tres años en Denver rebasarĂa las 1,000 yardas por recepciĂłn y un par de temporadas llegarĂa a la marca de los diez touchdowns. No hubo duda entonces de que se habĂa convertido en uno de los objetivos favoritos de Elway desde la posiciĂłn que Ă©l revolucionĂł.
La devociĂłn al juego convertida en legado
Tras catorce años en la liga, Shannon Sharpe dio un paso al costado, no sin antes dejar todo un legado al tranformar la definiciĂłn de ala cerrada: este jugador, en nuestros dĂas, ya no solo es otro tackle mĂĄs en la lĂnea ofensiva, sino que ahora puede alinearse en muchos lugares dentro de la formaciĂłn y no solo ser un bloqueador, sino un arma de vital importancia para el Ă©xito de cualquier equipo.
Al retirarse, Shannon Sharpe estableció los récords para un ala cerrada en cuanto a recepciones con 815, yardas por recepción con 10 060 y touchdowns con 62.
En una ocasiĂłn Sharpe mencionĂł: "Mi vida en los catorce años en la NFL fue football. ComĂa, bebĂa, dormĂa y pensaba en football,  eso era todo lo que querĂa hacer. No me fui de vacaciones, no tuve un yate, no tuve otro pasatiempo que no fuera trabajar y estar listo para la siguiente temporada."Â
Y fue cierto: sin esa dedicaciĂłn no habrĂamos tenido la mejor carrera para un tight end en aquella dĂ©cada de los noventa,  y mucho menos la transformaciĂłn de la posiciĂłn. Gracias por tu legado, querido Shannon.












