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Denver Broncos | News

La Voz de la Razón | Steve Atwater, más allá del impacto en la NFL

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La NFL ha desarrollado una posiciĂłn especial, que requiere jugadores dominantes en la defensiva que merodean desde lo profundo del campo para servir como la Ășltima lĂ­nea de defensa e, incluso, detener el juego terrestre. Estos defensivos son bien conocidos como safeties o defensivos profundos.

Desde lejos de la línea, hacen valer su dominio con su fortaleza y velocidad, traducidas en golpes sobre los receptores para evitar su avance o la recepción, pero también para derribar a los corredores sin otro recurso que dejarse impactar contra ellos.

Muchos buenos jugadores han jugado esta posiciĂłn en la liga y los Broncos no son la excepciĂłn. De hecho, han corrido con la fortuna de contar con muy buenos defensivos que cumplen con este perfil, pero solo ha existido y existirĂĄ un Steve Atwater.

El cambio se gestĂł desde Arkansas

En 1985, Atwater comenzĂł su carrera colegial con los Razorbacks de la Universidad de Arkansas donde no hizo otra cosa que brillar tras cambiarse de la posiciĂłn de quarterback, que jugaba en high school, a safety. Definitivamente tomĂł la decisiĂłn correcta.

En su carrera colegial fue en tres ocasiones parte del equipo All-Southwest Conference y un par de veces del equipo All-American, nombramientos no se dan a cualquiera. Sin duda, su desempeño en el terreno de juego colaboró para que los Razorbacks ganaran el título de la conferencia para después disputar el Cotton Bowl en 1988 ante UCLA.

Atwater aĂșn conserva el rĂ©cord de la universidad de Arkansas del mayor nĂșmero de intercepciones, con 14 en toda su trayectoria. Su calidad como defensivo le valiĂł participar en el juego East-West Shrine de 1989, donde consiguiĂł un par de intercepciones, terminando como el jugador mĂĄs valioso del encuentro.

Y asĂ­, estaba a un paso de continuar su carrera como profesional.

De novato prometedor a defensor estelar

En el Draft de la NFL de 1989, Steve Atwater escuchĂł su nombre en la primera ronda con la selecciĂłn nĂșmero 20. Los Denver Broncos alzaban la mano para tomar al primer jugador en la posiciĂłn de safety y uno de los mejores prospectos de esa Clase.

Esta defensiva formarĂ­a una pareja de safeties con caracterĂ­sticas muy similares gracias a que ya contaban con Dennis Smith, el memorable nĂșmero 49 de los Broncos quien junto con Atwater fue la pesadilla de muchos receptores de los equipos rivales.

En su temporada de novato, Atwater registrĂł 129 tackleadas, la segunda mayor cantidad del equipo, y ayudĂł a convertir a la defensiva nĂșmero 20 en puntos permitidos la temporada anterior en la que menos puntos aceptĂł en 1989. Ese año, Denver terminĂł con el mejor rĂ©cord de la NFL, asegurando el cuarto viaje de la franquicia al Super Bowl.

RĂĄpidamente comenzarĂ­a a impactar en la liga y en los Broncos para construir una carrera de SalĂłn de la Fama. Ya en su segunda temporada, en 1990, tuvo su primer llamado al Pro Bowl de siete consecutivos, para terminar con ocho. En 1991 y 1992 logrĂł ponerse en el radar entre los mejores de su posiciĂłn para ganarse un lugar en el equipo All-Pro.

En 1997 fue parte importante del primer equipo que ganó un Super Bowl en la historia de los Broncos y un año después, llegaría el segundo. Con ese segundo anillo dijo adiós a Denver para jugar una temporada mås en su carrera profesional en New York.

Pese a un sinfĂ­n de grandes jugadas y momentos importantes en la carrera de Steve Atwater, no hubo una jugada de mayor impacto como la que relataremos a continuaciĂłn.

La magia de un lunes por la noche: enfrentando a la Pesadilla Nigeriana

Los Broncos jugaban su segundo encuentro de la Temporada 1990, primero en casa, un lunes 17 de septiembre por la noche ante Kansas City. Duelo divisional y escenario que presagiaba algo mĂĄgico en Denver.

Y algo así intuía el histórico ejecutivo del equipo, Jim Saccomano, quien propuso la posibilidad de utilizar un micrófono de NFL Films en Steve Atwater. No fue fåcil para el safety de los Broncos aceptar de inicio, pero al final accedió. Esa decisión nos daría una perspectiva mås clara de por qué Steve fue un jugador de impacto.

En Kansas City jugaba un running back de mĂĄs de 117 kilogramos (260 libras), originario de Enugu, Nigeria que hasta entonces tenĂ­a la fama de casi imposible de derribar. Con la capacidad de pasar por encima de cualquier jugador defensivo de la liga para ganar yardas gracias a su fortaleza y corpulencia, se ganĂł a pulso su sobrenombre de La Pesadilla Nigeriana, o Nigerian Nightmare.

En los Broncos, Steve Atwater, que por entonces ya era conocido como Smilin' Assassin, o El Asesino Sonriente, por su evidente sonrisa y valor para impactar rivales. Cabe mencionar que pesaba once kilogramos (25 libras) menos que Okoye.

Saccomano sabía que al enfrentarse dos jugadores con tremendos sobrenombres, con de sus condiciones fisicoatléticas y estilo de juego, algo mågico podría ocurrir.

ÂĄY pasĂł!

En una jugada en la que le dieron el balón a Okoye para acarrear el balón por el centro de la línea, apareció Atwater desde lo profundo del terreno para hacer contacto y realizar lo inimaginable: impactar al running back de Kansas City de tal forma que lo derribó, haciéndolo retroceder. Así fue, sin necesitar mås que su fuerza para detener a uno de los jugadores mås complicados de tacklear en la NFL.

Esa jugada de Steve Atwater se ganĂł un lugar entre las mejores cien de la NFL en su primer centenario de existencia. AsĂ­ de impactante fue la tackleada de Atwater sobre Okoye: descarrilĂł al tren.

Un legado duradero

Fue una espera larga, pero al final Atwater encontró su camino a Canton, Ohio en 2020. Los Denver Broncos sumaron con él a otro jugador en el Pro Football Hall of Fame y la afición estaría feliz por ello.

Sus 1 188 tackleadas, 24 intercepciones, 5.0 sacks en 11 años de carrera profesional dejaron una huella para las siguientes generaciones. Su estilo de juego, junto con su sonrisa siempre serån recordados entre la afición de los Broncos.

Y él mismo lo dijo: "Siempre traté de ser agresivo. No siempre hice todas las tackleadas o di los grandes golpes, pero traté de jugar agresivamente en cada jugada."

AquĂ­ en Broncos Country siempre valoramos tu estilo de juego, entrega y persistencia. ÂĄGracias, Steve!

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